Cuando hablamos de educación financiera, lo primero que nos viene a la cabeza es aprender a llevar la contabilidad de una empresa o el presupuesto del hogar, saber hacer inversiones, controlar una hipoteca… ¡Temas complicados! Además, muchas veces consideramos que no hemos tenido una educación en dicho aspecto. Pero, ninguna de las afirmaciones es del todo correcta.
En primer lugar, todos de una forma u otra hemos recibido una educación financiera, y es que, como dice Laura Mascaró (escritora que además imparte cursos para enseñar a otras familias sobre libertad financiera y educativa), aprendemos de lo que vemos en casa, y por ello es tan importante hablar con nuestros pequeños, para que poco a poco vayan aprendiendo conceptos básicos y evitar que cometan los mismos errores que nosotros ya hemos cometido.
Si todos hubiéramos tenido educación financiera adecuada cuando éramos niños, mucha menos gente tendría problemas de deudas o adicción a las compras hoy en día.
Por ello, tenemos que tener mucho cuidado con la forma que hablemos del dinero en casa, y es que los peques retienen y captan mucha más información de lo que somos conscientes, es decir, no debemos mandarles mensajes contradictorios.
No podemos hacer uso de expresiones extremas sobre el dinero, ya sean positivas o negativas, debemos hacer un uso de vocabulario y expresiones que hagan que los peques comprendan que ganarlo cuesta puesto que deriva de un intercambio de actividades, es decir, de llevar a cabo un trabajo, por lo que es un recurso limitado, pero que al final vivimos en una sociedad en la que dependemos de ello.
Pero, por otro lado, en caso de tener un poder adquisitivo alto, los niños deben comprender que el dinero no cae del cielo, y que, aunque se puede tener algo un poco mejor, o disponer de más que otras personas, no se debe derrochar.
Siempre se ha dicho que los niños pequeños aprenden más rápido que los adultos, y esto se debe a que los adultos tienen que hacer un doble esfuerzo, olvidando lo que ya saben, readaptando lo que conocen a los nuevos conocimientos…pero los niños pequeños son un lienzo en blanco listo para empaparse de todo aquello que les queramos enseñar.
Es muy beneficiosa una buena educación financiera en edades tempranas ya que una vez que los peques conocen las habilidades adecuadas para administrar el dinero, tienden a conservarlas y usarlas durante toda su vida. La alfabetización financiera temprana enseña a los niños a cómo tener una buena relación con el dinero.
Deben aprender cuando deben gastar el dinero (satisfacción inmediata del deseo) y cuando deben esperar, por algo mejor, o algo que realmente quieran, merezca la pena…
Otra cosa muy importante, es que para comprender el concepto del dinero para los peques de edades tempranas es necesaria la tangibilidad del mismo, es decir, tener una hucha en la que va metiendo el dinerillo que les damos, para que ellos puedan verlo y decidir como gastarlo.
Cuando introducimos a nuestros peques en el mundo de las finanzas, hay que explicarles bien
Tenemos que recordar, que por mucho que les estemos enseñando estas lecciones tan importantes, los niños son muy influenciables, y que pueden querer tener aquellos que sus amigos ya tienen, piensa, que al final lo que les estamos enseñando poco a poco es el consumo responsable, y es un largo camino.
A continuación, os dejamos unos tips para poder poner en práctica el aprendizaje de la educación financiera