Cuando hablamos de educación financiera, lo primero que nos viene a la cabeza es aprender a llevar la contabilidad de una empresa o el presupuesto del hogar, saber hacer inversiones, controlar una hipoteca… ¡Temas complicados! Además, muchas veces consideramos que no hemos tenido una educación en dicho aspecto. Pero, ninguna de las afirmaciones es del todo correcta.